01.08.2012
Durante una inspección en un arrastrero frigorífico, que embarcaba del puerto de Pusan en Corea, los aduaneros rusos hallaron un lote de hachís. Para ser más exactos el hachís lo encontró un sabueso del servicio, y, lo que es más interesante: en el “camarote” de su congénere. Los paquetes estaban escondidos en la perrera que estaba en la cubierta de la embarcación.
La investigación criminal demostró que la sustancia hallada era hachís - así aseguró el servicio de prensa de la administración de Najodka. Se ha comenzado un proceso según el artículo “contrabando de sustancias estupefacientes”. La pena por tal acto criminal supone el encarcelamiento por un período de 15 a 20 años y multas de hasta 1 millón de rublos. Durante el proceso los órganos investigativos deberán esclarecer la identidad del delicuente. El perro de a bordo ha quedado fuera de sospechas.