Concurso Transnacional Antinarcotico por Internet "Maya". Videos, fotos, carteles, dibujos contra la narcomanía y el alcoholismo

Eutanasia

Autor:   Admin

Pais::   Estados Unidos

Fecha de adición: 27.08.2012

Indice de popularidad:

Soy un drogadicto. Aunque ahora no me inyecto, yo sí sé los que es un drogadicto. Más allá de nosotros no hay nadie, ni nada. Dentro de sí mismo, en nuestro cerebro siempre seremos ellos-moradores de sótanos y madrigueras, ladronzuelos de poca monta con los ojos siempre ansiosos de una dosis.

Pasé un tratamiento médico. Ya han pasado 2 años de recuperación. Casi han desaparecido por completo las huellas de mi juventud cuando era un drogadicto perdido. No es una broma - a partir de los 17 años empecé a intoxicarme...Después más y más y el consumo de drogas se convirtió en todo para mí. Pero ahora todo bien. Mi madre está feliz. Incluso mi padre dejó de beber, de forma más precisa diríamos que se dejó “codificar” (método contra el alcoholismo), dicen que lo hizo gracias a mí, para darme un ejemplo vivo. Ya tengo 23 años, gracias a Dios, lo comprendo todo.

Lo más importante en mi vida es que mi vida es así como es. Cuántas veces pude morir, cuántas veces me pudieron matar, incluso una vez casi me suicido. Mis amigos de aquella época tuvieron "suerte", lo hicieron. Y yo no pude hacerlo, aunque lo quería hacer salvajemente. De hecho, yo los maté, jóvenes de 20 años de edad. Ironía del destino, lo juro por Dios. * Otra noche más, otro sótano húmedo, nosotros - yo y mis dos amigos, que estamos juntos desde la escuela, comenzamos poco a poco a sentir la “ansiedad” de alguna droga. El estado de ánimo, de que hablar. en el suelo. No hay perspectivas. "¿Para qué vivir?" - Pensé. Después un montón de pensamientos mocosos, conversaciones mocosas con los amigos, nada más. Como resultado: decidimos que debíamos terminar con esto. Con más exactitud, sugerí lo que se debía hacer, insistí, todos estuvieron de acuerdo. Y no con dejar las drogas, sino con dejar de vivir, eso fue lo que sugerí. Les vino a la cabeza irse de este mundo de una forma inusual, consumiendo con placer una sobredosis. Cada uno inyecta al otro, el último - a sí mismo. Se inyectaron en los dedos, yo fui el último. Yo me sentía feliz, pensaba que así sería más fácil... * Bueno, no me extenderé mucho... Ellos pudieron. Yo no pude. Durante mucho tiempo mantuve la aguja ante la vena... Como resultado, reduje la dosis y me inyecté. Cuando volví en sí, mis amigos ya estaban muertos. Yo en silencio me levanté y me fui. Hasta ahora, este es mi secreto. Un terrible secreto.

Después de eso, consumí drogas durante un año en otros sótanos y con otros amigos. Pero no pude vivir más así. La idea de suicidarme me venía cada vez más a la cabeza. Había dos caminos: dejar las drogas o dejar de vivir... No sé exactamente a quién darle las gracias por haberme ayudado a dejar las drogas, pero elegí el primer camino. No recuerdo exactamente cómo sucedió, pero un día me desperté con unas ganas locas de salir de esta pocilga...

Maté a dos personas, y quedé vivo, pero yo no voy a volver allí. Una oportunidad como esta se nos da solo una vez en la vida.

  • Postear en Facebook
  • Postear en Twitter
  • Postear en LiveInternet
  • Postear en LiveJournal

Comentarios:

No hay comentarios

Consecuencias de la narcomanía Como dejar de consumir drogas El caso más horrible de la vida de un drogadicto